Pese a todo el sufrimiento que esto está generando la vida nos está hablando, ya no se trata de nuestros propios intereses sino de caminar unidos por un bien común como es la salud y la atención a los más débiles.
Nuestro lema pastoral “Nunca es tarde” hoy nos muestra un camino de esperanza, de reconciliación con nosotros mismos y con el mundo.
Giremos la manecilla de la PASIÓN de Cristo cada una de las semanas litúrgicas de la Cuaresma para encontrarnos con Aquel que nos da vida en plenitud, convirtamos nuestra vida en un reloj giratorio que apuesta por la acogida, el perdón, el amor, la aceptación de los otros, la oración en común y el encuentro con Cristo muerto y resucitado por cada uno de nosotros
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